Rodrygo empieza el que tiene que ser su gran año en Las Vegas. Siguiendo la estela de su amigo Vinicius, el brasileño quiere demostrar que esta va a ser la temporada de su crecimiento definitivo desde el primer día. Y que mejor escenario que todo un Clásico ante el Barcelona. Da igual que sea la primera prueba de la pretemporada, el atacante comenzará de titular y desde el primer minuto tratará de marcar la diferencia. Los destellos de crack que dejó el pasado curso los quiere convertir en un habitual a partir de ahora.
Rodrygo se mira en el espejo de Vinicius y hasta el momento ha ido calcando sus pasos. Llegó un año después que Vini al Real Madrid y, como él, comenzó su andadura en el Castilla. En el primer filial tardó poco en demostrar que estaba para grandes cosas, aunque la camiseta del 14 veces campeón de Europa siempre pesa. Con ella debutó haciendo una gran jugada y marcando un golazo ante el Mallorca en el Bernabéu, pero luego le costó.
El año siguiente Vinicius se asentó, mientras que Rodrygo fue creciendo con el paso de los meses. Apostó por seguir y desechar cualquier salida en forma de cesión, lo que le permitió crecer en el Real Madrid. Y el pasado curso, el de la explosión de crack de Vini, el diestro terminó la temporada siendo capital para que los blancos alzasen la Decimocuarta. Su gol ante el Chelsea para forzar la prórroga en cuartos de final y sus dos dianas frente al City en semifinales le encumbraron. Ahora, viene lo más difícil: subir más el nivel y confirmar que en sus botas hay una estrella.
La metamorfosis
El Real Madrid continúa con su idea de que muscularmente se siga formando sin perder frescura y velocidad. Desde que llegó a Valdebebas en 2019 se ha trabajado específicamente con un jugador que este verano ha sufrido un cambio físico importante. Ya no es ese chico delgado que aterrizó en la capital de España proveniente de Brasil. Ahora, ha sacado un músculo que poco a poco Pintus y su equipo irán puliendo. El reto es que se acerque a los 70 kilos de peso, lo que le permitirá ser mucho más fuerte. Sin duda, una ventaja a la hora de medirse con los rivales.
